BRICS+: oportunidades concretas para Cuba
La emergencia de un mundo multipolar es, como siempre ha sostenido Cuba, la clave para sortear un orden desigual, sancionatorio y sometido a la dictadura de una moneda única.
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BRICS+: oportunidades concretas para Cuba
Los días 6 y 7 de julio se celebró en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil, la XVII Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los BRICS+. Dicho bloque ya comprende en la actualidad a más de una veintena de países, entre miembros y socios, consolidándose cada vez más como una importante alternativa a la hegemonía económica y política occidental.
Desde el primero de enero de este 2025, Cuba se incorporó como “país asociado” a esta organización, siendo la reciente Cumbre en Brasil su primera participación con este estatus. Al frente de la delegación cubana asistió el presidente y primer secretario del Partido, Miguel Díaz Canel, quien fue enfático en resaltar la importancia para Cuba de una organización como los BRICS.
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Desde entonces, se han anunciado varias acciones y oportunidades que se abren para la isla con su entrada a esta organización. Una de las más interesantes es el proyecto, divulgado en el medio Sputnik, de convertir la Isla de la Juventud, segunda mayor en extensión del archipiélago cubano, en un hub para empresas tecnológicas de los BRICS+.
El proyecto se llamará “Cayo Digital” y es impulsado en primera instancia por Rusia, interesada en potenciar la expansión internacional de su sector de Tecnologías de la Información y Comunicación. La propuesta de Moscú radica en la creación de un 'clúster' de compañías de los países BRICS+, así como de la Unión Económica Euroasiática, orientado principalmente a brindar productos y servicios a los clientes en América Latina y el Caribe.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia, el Ministerio de Desarrollo Digital, Comunicaciones y Medios de Comunicación del país euroasiático, la oficina comercial rusa en Cuba y la Agencia de Iniciativas Estratégicas, creada por el Gobierno ruso para implementar medidas económicas y sociales. Es un paso que busca explotar las ventajas de Cuba en materia de ubicación geográfica y relaciones con la región.
Más allá de que se logre la materialización concreta, en lo cual inciden numerosos factores, evidencia las potencialidades de la cooperación entre la isla y el bloque multinacional.
Los BRICS y Cuba
El lema de la Cumbre de este 2025 fue “Fortalecer la cooperación del Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible”. Entre los temas abordados en agenda, estuvieron, entre otros, la desdolarización, la justicia climática, la reforma del sistema financiero internacional, la cooperación cultural, etc.
A pesar de la clara apuesta por la unidad y la integración, el bloque está atravesando por múltiples tensiones, relacionadas con la pluralidad de actores geopolíticos que lo componen. Así, mientras Rusia y China están enfrascados en una pugna hegemónica que ha agudizado sus relaciones con los países occidentales, países como Brasil, la India y Sudáfrica tienen fuertes vínculos con occidente y dan pasos en la consolidación de sus alianzas con la Unión Europea y los Estados Unidos.
Adicionalmente, conflictos como el de Ucrania o la escalada de tensión en la región de Asia Occidental, que involucra directamente a Irán, uno de los más recientes miembros del bloque, añaden nuevas capas de complejidad geopolítica a la dinámica interna. Sobre todo, porque otros miembros, como Arabia Saudita, Egipto y Emiratos Árabes Unidos tienen una estrecha relación con Estados Unidos, lo cual genera capas de tensión adicional en el bloque.
La entrada de la isla bloqueada a una estructura política donde se reúnen algunas de las principales economías del panorama internacional, es una necesidad vital y una oportunidad concreta, en un momento de arreciamiento sostenido del Bloqueo contra Cuba. Combinados, los BRICS representan el 46 por ciento de la población mundial y cerca del 40 por ciento del PIB global. Sin embargo, esta oportunidad viene con una serie de retos, que el país también deberá sortear.
Aunque la categoría de socio, que Cuba comparte con países como Bolivia y Uganda, permite a la isla la participación en debates, no garantiza el acceso a fondos financieros del bloque, particularmente los asociados con el Nuevo Banco de Desarrollo o el Acuerdo de Reservas de Contingencia.
A pesar de esto, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, apuntó tres ventajas concretas de la integración de la isla en esta estructura. Por un lado, el desarrollo del comercio en monedas locales, lo que implica una reducción de la dependencia del dólar y permite disminuir la efectividad de las medidas de cerco económico contra Cuba. Otra ventaja que puede derivarse de ser socio del bloque es el posible impulso a las inversiones en infraestructuras claves, como puertos, carreteras y capacidades tecnológicas, que permitan aumentar la producción y el comercio aprovechando la privilegiada posición geográfica del país, con acceso a toda Centroamérica y el Caribe.
Adicionalmente, otra oportunidad concreta está en la cooperación tecnológica. Cuba tiene una importante cartera biotecnológica que, en asociación con algunos de los gigantes farmacéuticos dentro de los países miembros del BRICS+, puede generar importantes y lucrativas oportunidades de negocios.
Lo mismo aplica a otras producciones de alta calidad del país, como el ron o el tabaco, así como algunos otros cultivos agrícolas, que pueden encontrar dentro del bloque nuevos mercados, así como las inversiones necesarias para un crecimiento sostenido. También la cooperación tecnológica podría abrir la puerta para la participación de la isla en proyectos de energías renovables y digitalización, entre otros campos claves definidos por la nación para impulsar su desarrollo.
Para aprovechar estas oportunidades, uno de los retos fundamentales para Cuba es tener la capacidad de sortear los efectos de las medidas del bloqueo recrudecido sobre la economía de la isla. Si bien genera numerosas oportunidades, el BRICS+ es un bloque donde la capacidad de avanzar en nuevos acuerdos y negocios depende de lo que cada país tenga para ofrecer y sus capacidades concretas. Es por eso que la isla debe trabajar en el fortalecimiento de sus cadenas productivas y en la calidad de los productos y ofertas de negocios que se plantee con los miembros y socios de la organización.
Recuperar poco a poco las capacidades productivas y generar un entorno de negocios atractivo para que las economías del bloque se acerquen a la isla es un paso fundamental de cara al futuro. La emergencia de un mundo multipolar es, como siempre ha sostenido Cuba, la clave para sortear un orden desigual, sancionatorio y sometido a la dictadura de una moneda única.